Puente del Salado y Puente del Hacho (19-Agosto-12)

España cuenta con un gran número de obras de ingeniería civil que supusieron verdaderos retos para sus creadores. Algunas de ellas las encontramos en la línea de ferrocarril de Linares-Almería. La construcción de esta línea a finales del siglo XIX supuso la realización de dos sublimes obras de ingeniería que constituyen hitos del Patrimonio Histórico y Cultural de España: el puente del Salado (en el término municipal de Cabra del Santo Cristo), que batió los récords nacionales de luz y altura, y el puente del Hacho sobre el río Guadahortuna (entre las provincias de Granada y Jaén), que batió el récord nacional de longitud.

EL PUENTE DEL SALADO


El viaducto del Salado, en la línea férrea de Linares a Almería, está situado entre las estaciones de Quesada y Larva, y durante muchas décadas ha sido la obra metálica más importante construida en España. El cruce del Arroyo Salado implicó la realización de una de las obras de ingeniería más arriesgadas de las llevadas hasta entonces (siglo XIX) en España. Su complejidad técnica fue inusual para la época y despertó gran interés internacional. Fue durante muchos años record de luz en España ( gracias a sus tres tramos de 105 metros de luz) y también record de altura, con 110 metros de caída sobre la parte más profunda del barranco.


Se puede acceder desde la carretera JA-6109 , a unos 4´5 kilómetros de Larva en dirección a Jódar, tomando un carril a la izquierda, buscando la señalización de una cañada real hacia Cabra de Santo Cristo.




En el año 1896 el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos José Olano redactó la "Memoriaen apoyo del proyecto de Viaducto para cruzar el río Salado", que fue aceptada por la compañía francesa Fives-Lille y su concesionaria española (Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España).


El viaducto estaba constituido por un tablero metálico de 315 metros de longitud formando tres tramos de 105 metros de luz entre los ejes de los apoyos que fueron las mayores de su época (1899) inaugurándose el servicio ferroviario el 14 de Marzo de 1899.




Una pasarela de servicio colocada en la parte inferior de las vigas, y a la cual se llegaba desde el piso superior por medio de escalas de hierro, permitía la inspección constante de todas las partes del Viaducto y facilitaba su conservación.


En la actualidad, el puente ha cambiado sustancialmente su fisonomía al desmontarse en 1976 parte de su estructura de hierro original y sustituirse por otra moderna que ya no conserva la pasarela inferior. Con la reforma también se pretendía aumentar la seguridad de la circulación al añadirse una estructura de hierro superior. De cualquier modo sigue impresionando su esbelta figura sobre los parajes serranos, tanto como la sensación que obtiene el viajero cuando pasa sobre el puente y ve como el vagón flota en el aire. La espectacularidad aumenta si tenemos en cuenta que el puente arranca en uno de sus extremos desde la misma boca del túnel.




EL PUENTE DEL HACHO


En 1889 se creó la Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España, que encarga su obra a la empresa francesa Fives Lille. Esta fue la empresa que construyó el Puente Del Hacho, cerca del límite con la provincia de Jaén, en el TM de Guadahortuna y justo en el Límite con el TM de Alamedilla, en la línea férrea de Almería- Linares/Baeza, a la salida de la estación de Alamedilla y Guadahortuna.



El proyecto del mencionado puente fue encargado al estudio de Gustave Eiffel, y fueron sus alumnos y colaboradores Duvel y Butilia quienes, bajo la dirección y supervisión de Eiffel, realizaron el mencionado proyecto; a principios de la década de los 90 ya estaba disponible.

Los trabajos de construcción del Puente del Hacho durarían hasta finales de 1897. Se puso en servicio por primera vez el 22 de marzo de 1898


Una de las curiosidades del puente del Hacho es que, pese a ser hasta hace muy poco "el viaducto metálico más largo de España" con 625 metros de largo y 50 metros de altura, no tiene ningún tornillo en la estructura y descansa sobre siete pilares de hierro y cuatro de piedra, poseyendo doce tramos de vigas. En la estructura superior se dispone el trazado de raíles y bajo los raíles destaca un impresionante pasadizo volado al que se accede por sendas escaleras dispuestas en los extremos del puente y que originariamente se utilizaba para que los operarios pudieran solventar de manera eficiente cualquier tipo de reparación. Toda esta estructura descansa sobre los citados pilares, siendo los más altos los que están realizados plenamente en hierro recordándonos su estructura la de la Torre Eiffel.



El estado de conservación del puente sobre el río Guadahortuna es bastante bueno al construirse junto a él un viaducto moderno que fue finalizado en el año 1972 y que soporta ahora la circulación ferroviaria, lo que permite contemplar su estructura con las mayores garantías de seguridad.


Proporcionó trabajo de forma directa a cientos de personas durante su construcción a lo largo de casi una década, originando un bullicioso poblado que se ubicó en los alrededores de la estación Alamedilla- Guadahortuna y vivió en la zona hasta la década de los años cincuenta, en que las condiciones de vida, endurecidas por una feroz posguerra, provocaron en Andalucía Oriental uno de los mayores éxodos de emigración de la historia moderna.


El paso del tiempo y los avances tecnológicos, provocaron la aparición de máquinas Diésel, con mayor potencia y mayor capacidad de arrastre, y consiguieron que la gallarda estructura del puente se resintiera. Pronto quedó sobrepasado y arrumbado en el rincón del olvido, y del ostracismo, abandonado al expolio y a la acción del tiempo, junto con la estación de Alamedilla-Guadahortuna que quedó también en total desuso.



En 1979 RENFE vendió la estructura del puente a un chatarrero de Madrid, junto con otros puentes de la misma línea que fueron destruidos. La movilización popular de toda la comarca consiguió impedir el derribo del Puente del Hacho.

El viaducto metálico del Hacho está considerado un bien del Patrimonio Histórico Español, y está pendiente de ser reconocido como Bien de Interés Cultural.