Necrópolis visigoda de Cerro Salido (La Guardia)
Se encuentra hacia el este, a unos 500 mts de la salida del pueblo.
Durante la dominación visigoda, Mentesa tuvo una importancia considerable, hasta el punto de contar con una ceca que, con el tiempo pasó a ser el taller monetario más importante tras la capital, Toledo.
De este período se conserva una extensa necrópolis emplazada en un montículo rocoso de amplias vistas.La zona en la que se asienta esta necrópolis está cuajada de rocas de sedimentación, que se alternan con otras de formación caliza, dislocadas ambas en grandes bloques en numerosos puntos, debidos a movimientos geológicos de considerable magnitud, dado los hundimientos que se observan. La especial disposición de las tumbas, aún en los bloques desprendidos, denotaba que fueron abiertas con posterioridad a los referidos desprendimientos y hundimientos.
La necrópolis consta de unas 22 tumbas, de las cuales, sólo 7 permanecían intactas cuando se inspeccionaron por los arqueólogos. Tienen forma ovoide (con tendencia antropomorfa), con un entalle en la parte superior para encajar las losas de cubierta.
Las tumbas no guardaban, en general, una orientación determinada, sino que sus constructores parecían haber aprovechado la mejor disposición del terreno, observándose que siempre que era posible, la orientación había sido hacia el Este y el Sur.
Por lo que se refiere a los restos humanos, sólo en una aparecieron los restos pertenecientes a un sólo cadáver orientado al Este; en las tumbas restantes se encontraron siempre dos (uno a la cabeza y otro a los pies), siendo imposible determinar si la posición de enterramiento era en cuclillas o más bien a lo largo en posición encontrada. Sólo en una de las tumbas se encontró dos cráneos juntos.
Las bóvedas craneanas correspondían al tipo dolicocéfalo y eran de adultos. En uno de los cráneos pudo apreciarse en la parte superior del frontal un agujero perfectamente regular.
En cuanto a ajuar, sólo se encontró en una de las tumbas. Se encontraron junto al cráneo y a ambos lados, unos aretes de oro con pedrería, ambos de tamaño considerable, que se adscribieron a la etapa visigoda, y a los pies apareció también una hebilla, igualmente visigótica. En el resto de sepulturas no apareció nada que se pueda comparar, tan sólo una punta de flecha y una hoja de puñal (ambos de hierro), un anillo de cobre y una cuenta de vidrio.
A poca distancia de esta necrópolis existe otra mas pequeña de etapa musulmana.